Lo primero que Giorgio Armani quiso transmitir con la creación de este emblemático perfume en 1984 fue la sobriedad, la elegancia y la masculinidad, reflejada en la forma de su bote de hombros redondeados y forma muy masculina. Su interior mantiene esa virilidad y un estilo puramente italiano, clásico y atemporal. La fórmula de Armani Eau Pour Homme ha sabido soportar el paso de los años sin cambiar ni un ápice su composición original, a base de bergamota, mandarina, musgo de roble y sándalo. Una fragancia de notas cítricas y aromáticas perfecta para cualquier hora del día durante todo el año.